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La educación frente a la austeridad

Por qué hay que acabar con las limitaciones salariales del sector público, que socavan los sistemas de educación pública y minan la profesión docente

publicado 24 junio 2022 actualizado 17 junio 2024

El mundo necesita como mínimo 69 millones más de docentes para lograr los objetivos de desarrollo sostenible sobre educación en 2030; a pesar de ello, el profesorado se enfrenta a una realidad de salarios bajos y deterioro de las condiciones laborales, lo que repercute en la situación de la profesión. Hay una causa común clara que vincula la baja remuneración y la escasez de docentes: ambos fenómenos se derivan de décadas de reducción de la financiación pública como consecuencia directa de la imposición de limitaciones en la masa salarial del sector público.

Ya sea por decisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) o de los ministerios de Finanzas que comparten esa misma ideología neoliberal y esa política económica, los recortes y la congelación del gasto salarial público se han convertido en el estandarte fundamental de unas políticas de austeridad más amplias. El profesorado es el grupo con mayor representación en la mayoría de plantillas públicas, por lo que las restricciones del gasto salarial global afectan desproporcionadamente al personal docente, presionan la remuneración a la baja e impiden nuevas contrataciones.

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