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El cambio climático es una crisis de derechos humanos que amenaza la educación y los esfuerzos globales orientados a la igualdad de género. La Internacional de la Educación (IE) acoge con satisfacción la estrategia de la Alianza Mundial por la Educación (GPE) para desarrollar sistemas educativos resistentes al cambio climático y conscientes de las repercusiones de la crisis medioambiental en la educación de las niñas.

Crisis climática y educación

Con la intensificación de la crisis climática, los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos han provocado perturbaciones graves y a largo plazo. Las catástrofes naturales han causado la destrucción de escuelas, y los gastos de reconstrucción de una comunidad después de una crisis medioambiental desvían recursos que originalmente estaban destinados a la educación. Las emergencias medioambientales han forzado el desplazamiento y la migración de muchas familias y personal de apoyo educativo, lo cual ha minado el acceso de los niños y las niñas a una educación de calidad.

Las repercusiones del cambio climático suelen acentuarse en los países menos responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por otro lado, los países más vulnerables y los de ingresos bajos suelen coincidir, de modo que las desigualdades existentes en materia de derechos humanos, como el acceso a la educación, se magnifican a escala mundial.

Para las niñas, las catástrofes provocadas por el cambio climático pueden ser fatales. Las crisis medioambientales provocan una reducción de los ingresos y de la calidad de vida, y las familias dependen de los menores para obtener un apoyo adicional. Tras una catástrofe, en muchos casos se espera que las niñas asuman más tareas domésticas o que complementen los ingresos familiares. En situaciones de desesperación, las familias pueden recurrir al trabajo infantil, al matrimonio precoz o a la trata de menores a cambio de dinero. Los niños y las niñas con discapacidades y necesidades especiales corren un mayor riesgo de discriminación y explotación, lo cual puede mermar todavía más su acceso a una educación de calidad.

En algunos países, la intersección de la crisis medioambiental y de seguridad nacional pone aún más en peligro la educación de los niños y las niñas.

"Son muchos los niños y niñas que se ven privados de educación y los estudiantes y docentes que son víctimas de conflictos armados", explicó Haldis Holst, secretaria general adjunta de la Internacional de la Educación. "La educación es una herramienta importante en la prevención de conflictos, así como en cualquier primera respuesta tras un conflicto o una situación de crisis".

La educación es fundamental para el desarrollo de la juventud, y la construcción de sistemas educativos resistentes al clima es esencial para preservar el derecho de los niños y las niñas a la educación.

Los esfuerzos de la GPE hacia la resiliencia climática

Haldis Holst es miembro del consejo de la GPE, una alianza de países de ingresos bajos, organizaciones internacionales y de la sociedad civil, donantes y fundaciones cuyo objetivo es transformar los sistemas educativos y lograr mejores resultados de crecimiento y desarrollo para la infancia y la juventud. Como voz mundial del personal docente y del personal de apoyo educativo, la IE es una organización miembro de la GPE y apoya sus iniciativas para mejorar el acceso a una educación pública de calidad.

Consciente de la relación entre el cambio climático y el acceso a la educación pública, la GPE se reunió en Bruselas en junio de 2023 para debatir estrategias orientadas a la construcción de sistemas educativos inteligentes desde el punto de vista climático. Los tres objetivos de los sistemas educativos inteligentes desde el punto de vista climático son proteger la calidad de la educación pública, preservar los sistemas vitales del planeta y promover la justicia climática.

La igualdad de género ocupa un lugar central en los esfuerzos de la GPE por ecologizar los sistemas educativos.

"La igualdad de género en y a través de la educación es una prioridad para la GPE y hubo un debate estratégico sobre cómo abordar la complejidad de los retos a los que se enfrentan los países socios para avanzar", dijo Holst.

La estrategia de la GPE para mejorar el acceso a la educación incluye un marco de siete dimensiones para abordar las carencias de los sistemas educativos a nivel nacional con vistas a reforzar la resistencia de la educación al cambio climático. El marco hace hincapié en la necesidad de construir sistemas educativos que se centren en las interacciones entre la educación y los ecosistemas de la Tierra.

"El marco de acción pretende ayudar a los países a desarrollar planes de acción basados en su contexto específico y actualmente se está probando en Zimbabwe y Malawi", dijo Holst. "La iniciativa Climate Smart Education Systems está en concordancia con la campaña Educar por el Planeta de la Internacional de la Educación, y animamos a nuestras organizaciones miembros de los países socios a participar a nivel nacional".

Las siete dimensiones del marco son: datos y pruebas, política y planificación, coordinación, financiación, infraestructura, enseñanza y aprendizaje, y escuelas y comunidades. Cada dimensión proporciona una estrategia que cada país puede aplicar para crear sistemas educativos inteligentes desde el punto de vista climático que respondan a las necesidades de su comunidad.

Por ejemplo, en colaboración con el gobierno de Malawi, UNICEF ha establecido 64 sistemas de abastecimiento de agua alimentados por energía solar que suministran agua a 40 centros educativos, 24 centros de salud y 64 comunidades. Además de ser métodos de abastecimiento de agua sostenibles, estos sistemas también han tenido como resultado un incremento en la asistencia de estudiantes a la escuela, especialmente de las niñas ^[1]. Los sistemas de abastecimiento de agua en Malawi son un ejemplo claro de cómo los componentes del marco de las siete dimensiones, en este caso concreto la infraestructura, pueden utilizarse tanto para mejorar la sostenibilidad de los sistemas educativos como los resultados educativos de las niñas.

Educar por el Planeta

Como organización socia de la GPE, la IE ha acogido con satisfacción la estrategia climática de la GPE y su marco de acción de 7 dimensiones. La campaña Educar por el Planeta de la IE se centra en la intersección entre el clima y la educación y su propósito es garantizar que los y las estudiantes adquieran conocimientos sobre el clima y que los centros educativos de todo el mundo sitúen la sostenibilidad en el centro de su desarrollo. El "Manifiesto de la Internacional de la Educación sobre la educación de calidad para todos/as en materia de cambio climático" está en línea con las prioridades de la GPE, incluida la provisión de educación sobre el cambio climático para el alumnado desde la infancia y la transformación de los entornos de aprendizaje para que sean resistentes al clima.

"Las organizaciones miembros de la IE desempeñan un papel fundamental en la defensa de una educación de calidad sobre el cambio climático", explicó Dennis Sinyolo, miembro del consejo de la GPE y director regional de la región africana de la IE. Sinyolo comentó que "las organizaciones miembros de la IE en Mozambique y Zimbabwe han convencido a sus gobiernos para que elaboren un sistema de alerta temprana e integren la educación sobre el cambio climático en los planes de estudio".

Al seguir trabajando con la GPE, la IE hace hincapié en la necesidad de involucrar a los sindicatos de la educación en el despliegue de la estrategia para que todos los sistemas educativos sean sostenibles y puedan ofrecer una educación pública de alta calidad.

"La Internacional de la Educación subraya la importancia de involucrar al personal educativo y a sus sindicatos, así como de formar a la fuerza docente", dijo Holst. "Todos y todas las estudiantes deberían recibir una educación inclusiva, relevante y respetuosa".