Tres formas de incrementar el compromiso del alumnado
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Hay infinidad de motivos por los que el alumnado pierde el compromiso con su aprendizaje y la escuela. Nuestro nuevo libro, The Disengaged Teen: Helping Kids Learn Better, Feel Better, and Live Bette r (7 de enero de 2025), comparte nuevos datos sobre las poderosas estrategias que el profesorado puede utilizar para ayudar a los estudiantes con dificultades. El personal educativo desempeña un papel esencial a la hora de inspirar e implicar a los estudiantes. Algunas formas de hacerlo son obvias, como introducir nuevas ideas y contenidos básicos. Pero también pueden ayudarles a mantener la perseverancia cuando las cosas se ponen difíciles y a encontrar lo que les apasiona. Por supuesto, el profesorado no puede hacerlo solo: madres, padres y personas cuidadoras también desempeñan un papel fundamental.
Nuestro objetivo es ayudar a docentes y personas cuidadoras a potenciar el compromiso de las personas adolescentes con el centro educativo y con su aprendizaje. Hemos observado que la mayoría de niños y niñas empiezan la educación infantil con alta motivación por ir a la escuela, pero en tercer curso de primaria ese porcentaje desciende hasta el 75 % y en secundaria solo el 25 % dice que le gusta ir a clase. Las tres estrategias siguientes pueden aplicarse tanto en primaria como en secundaria.
#1 Identificar en qué modo de compromiso se encuentra la persona estudiante
De acuerdo con nuestra investigación, el alumnado pierde su compromiso con la escuela lentamente, con el paso del tiempo, y las señales suelen ser difíciles de ver. A veces parece que están comprometidos —siguen las instrucciones, no interrumpen la clase—, pero en realidad están empezando a desconectar de lo que aprenden en clase. Hemos observado cuatro modos principales en que los niños y las niñas construyen su compromiso con la escuela: explorador, triunfador, pasajero, oponente. Este marco puede ayudar al profesorado y a los padres y madres a detectar más fácilmente la falta de compromiso y a actuar para asegurarse de que sus estudiantes no se queden atascados en un modo.
Modo explorador: Estudiantes que se dejan guiar por su curiosidad interna, investigan lo que les interesa y persisten en la consecución de sus objetivos. Este tipo de estudiante desarrolla su capacidad de resiliencia y aptitudes que le ayudan a prosperar y suele tener buenos resultados en los estudios.
Modo triunfador: Estudiantes de alto rendimiento que se sienten comprometidos con su aprendizaje. No obstante, esto puede tener un lado negativo, y es que suelen vincular su autoestima a su rendimiento, lo cual los lleva a tener miedo al fracaso y a posibles problemas de salud mental. Necesitan apoyo para asumir nuevos retos y estímulos para valorarse más allá de sus logros.
Modo pasajero: Estudiantes que pueden parecer comprometidos, pero en realidad avanzan de manera pasiva, haciendo solo lo imprescindible. Necesitan ayuda para conectar la escuela con sus intereses, habilidades y necesidades de aprendizaje.
Modo oponente: Este tipo de estudiante es el más visiblemente desvinculado. Suelen enfrentarse en silencio a sentimientos de insuficiencia o invisibilidad y manifiestan su falta de compromiso a través de comportamientos como no hacer los deberes, fingir enfermedades, faltar a clase o tener malos comportamientos.
Estos modos no son identidades fijas y el alumnado puede estar en un modo durante sus actividades extraescolares y en otro modo en la escuela o el instituto. Por otro lado, hemos observado que pueden cambiar de un modo a otro con bastante rapidez en función del entorno en el que se encuentren. Si el docente cree que un alumno o alumna se ha quedado atascado en uno de ellos, puede intentar aplicar la segunda estrategia que indicamos a continuación, especialmente para los niños y niñas que funcionan principalmente en los modos oponente y pasajero.
#2 Introducir pequeños cambios en el lenguaje y el enfoque para aumentar el compromiso
Hay varios cambios pequeños que el profesorado puede hacer para dar al estudiantado más oportunidades de funcionar en modo explorador. Se trata de cambios de estilo, no de enfoque, y sus efectos se han comprobado en todo el mundo, desde Perú a Estados Unidos o Corea. En otras palabras, el profesorado puede mantener su enfoque en relación con la gestión del aula, la disciplina y la forma de impartir clase a la vez que aplica estos cambios. El académico Johnmarshall Reeve y sus compañeros han evaluado rigurosamente estos enfoques, comparando los niveles de compromiso del alumnado en aulas del mismo centro donde algunos docentes implementan un enfoque de apoyo a la autonomía y otros no. Estos cambios incluyen aspectos como: [1]
- Explicar los motivos. Al añadir una breve explicación sobre el porqué de sus normas, peticiones y procedimientos, el profesorado facilita que el estudiantado entienda el propósito y refuerce su compromiso. Esto ayuda incluso cuando se asignan tareas aburridas o poco interesantes. El hecho de que el profesorado explique por qué quiere que el estudiantado realice una tarea específica, ya les ayuda a motivarse.
- Utilizar un lenguaje invitacional. Cuando el profesorado cambia ligeramente su forma de dar instrucciones y pasa de un estilo de "ordeno y mando" a otro más invitacional, es más probable que el alumnado se implique. Este sutil cambio en el lenguaje, tanto en las palabras como en el lenguaje corporal, puede incluir la reformulación de las instrucciones de "tienes que hacerlo", "deberías hacerlo", "si no lo haces, entonces..." a "puedes hacerlo", "te sugiero que lo hagas", "quizás podrías intentarlo". El lenguaje autoritario suele interpretarse como una obligación de obedecer, mientras que el lenguaje invitacional se percibe como un estímulo para participar.
- Ofrecer opciones, siempre que sea posible. Cuando el profesorado integra en sus clases opciones razonables para que los y las estudiantes elijan, les obliga a autorreflexionar sobre lo que prefieren. Este propio acto hace que se impliquen más en la tarea. Las opciones razonables podrían consistir en darles la posibilidad de elegir una de tres tareas diferentes para hacer en casa o proponerles una breve lista de temas entre los que elegir para una tarea de redacción, o elegir cómo quieren hacer su trabajo (por ejemplo, solos, con un amigo, etc.).
- Pedir las opiniones del alumnado. Esto puede resultar complicado para los grupos grandes, pero una opción puede ser darles a los estudiantes al final de la clase una ficha, una nota adhesiva o un ticket de salida electrónico y plantearles: "¿Qué pregunta sobre la lección de hoy te gustaría aclarar o explorar más a fondo?". Cuando el profesorado tiene en cuenta esos comentarios y adapta su siguiente clase de forma que incluya las preguntas de sus estudiantes, estos sienten que tienen voz y voto en el desarrollo de la enseñanza. Además, les motiva y aumenta su compromiso.
#3 Trabajar junto con madres, padres y personas cuidadoras
Datos procedentes de todo el mundo demuestran lo importante que es que las personas cuidadoras sean un ejemplo del entusiasmo por aprender en casa. En EE. UU., varios estudios han demostrado que la forma en que estas personas interactúan con las personas a su cargo en casa es dos veces más determinante para la motivación y el rendimiento escolar del alumnado que la condición socioeconómica. En otras palabras, todo el mundo puede ayudar a fomentar el amor de los niños y las niñas por aprender, independientemente de cuáles sean sus recursos económicos.
Establecer relaciones sólidas y de confianza con las familias del alumnado puede ayudar a identificar los obstáculos al compromiso a los que podrían estar enfrentándose fuera del aula y a debatir posibles soluciones. [2] El profesorado también puede utilizar los cuatro modos de compromiso como un marco fácil de entender para hablar de la motivación y el interés de los estudiantes por su aprendizaje en el centro educativo. Aunque los miembros de la familia no son docentes, también pueden ser excelentes motivadores para que sus hijos e hijas participen en la escuela.
Para una explicación exhaustiva de los cambios de estilo, véase el libro Supporting Students' Motivation: Strategies for Success.
Aquí encontrarán un recurso útil para hacerlo: Collaborating to Transform and Improve Education Systems: A Playbook for Family-School Engagement.
Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.